Después de mi Divorcio , primer encuentro c

Después de mi Divorcio , primer encuentro cDesde enero que me divorcié y tras cuatro meses en el "dique seco" habían pasado seis meses más en los que mi vida había dado un giro de 360 grados; Carlos estuvo un tiempo sin contactar conmigo, suponía que estaba avergonzado de que le hubiera visto encular al hombre bajo el puente en el parque burgalés, aunque por otra parte yo continuaba acercándome a Burgos el viernes o sábado de cada fin de semana con más o menos suerte en lo que a conocer hombres se refiere y tras unas semanas intensas para nada había disminuido mi actividad; muy por el contrario mis calenturas lejos de disminuir cada vez iban en aumento y todos los días me pasaba unas horas frente al ordenador chateando o viendo porno y masturbándome, y en cuanto a mis visitas a Burgos tuve que hacer un verdadero esfuerzo para tratar de ser más discreta, en un par de ocasiones me había encontrado con personas de mi ciudad y también comenzaba a ser más conocida en los dos o tres pubs que frecuentaba allí. Corría mediados del mes de octubre y desde mi primera aventura en Torrevieja hasta entonces no estaba segura de los hombres con los que había estado, calculé que podrían ser entre treinta o treinta y cinco, y más por morbo o porque me excitaba pensar en ello pensé que iba a llevar la cuenta de los hombres con los que estuviera, algo que con el paso de los años me resulta imposible de hacer ya que en algunas de las ocasiones en las que estando de viaje visito una sauna donde paso horas, salgo sin saber si lo he hecho dos veces con el mismo hombre o ha sido otro diferente.Ocultando debidamente la cara había puesto unas fotos en un par de páginas de contacto francesas, no exagero si digo que en una semana recibí más de trescientas proposiciones de contacto, leía solo aquellos que me llamaban la atención en las primeras palabras y al final me quedé solamente con una quincena de contactos que me parecieron interesantes. Puestos a fantasear en un sitio donde te sabes anónimo me había descrito poco menos que como una ninfómana ávida de sexo (con el paso de los años creo que no estaba desencaminada) y dispuesta a cualquier tipo de encuentro, incluso en el apartados de "fantasías por realizar" sugería hacerme pasar por una prostituta. Entre los quince contactos que seleccioné había tres de España, uno de ellos de Barcelona, un matrimonio de 49 años llamados Teresa y Luis, nunca hubiera imaginado las experiencias que iba a vivir con ellos, de hecho, casi seis años después todavía estamos en contacto y nos vemos un par de veces al año.Comencé a chatear con ellos a finales de octubre y tras intercambiar unas fotos pasamos a vernos directamente por SKYPE, cuando hablaba con Luis me llamaba la atención el que hiciera hincapié en lo mucho que le excitaba que Teresa estuviera con otros hombres y sobre todo, repetía constantemente esta palabra, su idea de pervertirla. A medida que les fui conociendo me hacía gracia oír esto a Luis porque lo que era evidente es que si Teresa no estaba ya pervertida como él decía si estaba a años luz de él en cuanto a gustos, prácticas y sobre todo actividad sexual. Es muy alta, huesuda pero con buenas formas, pechos muy grandes ligeramente caídos por sus dos embarazos y aunque muy arreglado sin depilar el pubis. Tiene una abundante mata de pelo, a ella la gusta así pero creo que es por disimular un prominente clítoris. La verdad es que cuando había visto algo así en alguna foto siempre pensé que estaba trucada, pero en el caso de Teresa cuando separa un poco sus labios vaginales aparece como si fuera un pene diminuto de dos o tres cm, quizá más, tiene además una cara angulosa y lleva el pelo corto dándola un aire andrógino, es como si fuera un hombre demasiado guapo para ser hombre, y me atraía mucho la expresión de vicio en su cara cuando veía a Luis masturbarla frente a la cámara.Casi todos los días nos conectábamos por SKYPE, me contaban sus encuentros, si habían tenido alguno, y me masturbaba mirándoles tener sexo o nos pajeábamos los tres mientras fantaseábamos e insistían en que les visitara con las promesas de Luis de pervertirnos juntas. Casi dos meses después de conocernos me fui a Barcelona aprovechando el puente la Constitución e Inmaculada de diciembre, llegué a Barcelona el viernes tres de diciembre a última hora de la tarde y la idea era estar hasta el miércoles ocho, me estaban esperando en la estación de Sants y fuimos hacia su casa; físicamente Luis es un hombre normal, quizá atractivo, pero normal; Teresa me atrajo desde el primer momento mucho más de lo que veía a través de la cam; de camino a su casa me fueron contando los planes que habían hecho para el fin de semana y pensé que si todo era cierto iba a tener más sexo en cinco días que en todo el último mes. Sabía, porque me lo habían dicho que Teresa es bisexual, no había tenido relaciones de ese tipo pero me resultaba tan morbosa que en el camino iba pensando que si ella iniciaba algo no iba a rechazarlo y noté que me mojaba con esos pensamientos.Las dudas se disiparon en el ascensor de su casa, Luis me besó acariciando mis nalgas y Teresa no dudó en meter su lengua entre nuestros labios y cuando Luis dejó de besarme ella continuó unos segundos metiendo su lengua entre mis labios, nunca me había besado con otra mujer, acepté aquel beso y cuando segundos más tarde el ascensor paró en su piso estaba mojada y dispuesta a todo. Por el mobiliario y el piso en sí se notaba que eran de buena posición socio-económica, su dormitorio tenía una cama enorme y cuando Luis metió en él mi maleta ya me dijeron que para dormir cabíamos perfectamente los tres en la misma cama; no acertaba a comprender que tuvieran dos hijos porque su dormitorio parecía más un burdel o un sex-shop con prendas eróticas y fetichistas por toda la habitación y sobre una cómoda más de una veintena de vibradores y pollas de látex algunas de un tamaño que daban miedo. Decidí no hacer más preguntas cuando sugerí algo al respecto y Teresa respondió que sus hijos, chico chica tenían 20 y 25 años respectivamente, el chico estudiaba en el extranjero y la hija vivía independientemente no muy lejos de allí aunque no era ajena a las actividades de sus progenitores y como reafirmando las palabras de su mujer Luis sentenció que en todo era igual que su madre.Para estar más cómoda en el viaje yo llevaba unos leeguins y un grueso jersey bajo mi abrigo, mientras estábamos hablando Teresa había metido una mano bajo mi jersey y jugueteaba con sus dedos en mi ombligo a la vez que aproximaba su cuerpo al mío. Estaba ya bastante excitada y dando por hecho que no me causaban rechazo las caricias de Teresa me preguntaba como sería estar desnuda y acariciándome con otra mujer. Como si Teresa estuviera leyendo mis pensamientos metió la mano entre la goma de mis leeguins y sentí la punta de sus dedos rozando el comienzo de mi vello púbico, luego hizo lo mismo con la otra mano acariciando la raya que separa mis nalgas... dejé escapar un suspiro y pasé mi brazo sobre sus hombros acercando mi rostro al de ella, segundos después su lengua estaba dando vueltas dentro de mi boca al tiempo que sus dedos se movían tratando de entrar en mis orificios. agachado junto a nosotras las manos de Luis tiraban de mis leeguins hacia abajo, él estaba ya desnudo y mientras maniobraba su lengua recorría mis nalgas, Teresa sacó mi jersey por encima de mi cabeza y luego soltó mi sujetador, también ella se desnudó e inclinó la cabeza para lamer mis pechos mientras con una mano acariciaba mi coño, hice lo mismo con mi mano derecha, casi sin quererlo dos de mis dedos se metieron en su coño, estaba tan mojado como el mío....Las dos nos echamos sobre la cama besándonos y frotando nuestros cuerpos, las sensación de sentir sus pechos contra los míos me excitaba, Luis dejó unas cuantas pollas de plástico sobre la cama y se unió a nosotras, mientras Luis me masturbaba Teresa se montó sobre mi cara poniendo su coño en mi boca, lo lamí repetidamente y ella misma separó sus labios vaginales mostrándome su coño abierto, sonrosado y un clítoris como nunca había visto: un poco menos grueso pero de la longitud del filtro de un cigarrillo, podía ponerlo entre mis labios y succionarlo como si de un micro-pene se tratara. Teresa se revolvió como una serpiente gimiendo de placer y se corrió en menos de dos minutos, un flujo espeso y amargo se deslizaba dentro de mi boca y me excitaba sentirlo, trató de apartarse cuando llegó al clímax pero agarré fuertemente sus nalgas con mis manos y la sujeté contra mi; sin dejar de soltar flujo se estiraba agarrándose los pechos y pellizcándose los pezones gimiendo como una perra. Cuando aflojé mi presión sobre sus nalgas simplemente giró en redondo su cuerpo y se dejó caer sobre mi iniciando un 69.... mientras lamía mi raja succionando de vez en cuando mi clítoris un dedo de su mano izquierda se metía en mi coño y otro de su mano derecha hurgaba entre mis nalgas tratando de meterlo en mi culo. Me revolví separando mis piernas para facilitar su acción y ella, metiendo sus brazos bajo mis piernas se dejó caer de lado arrastrando mi cuerpo con ella de manera que ahora ella estaba debajo y yo arriba, empujaba tanto para meter su lengua hasta lo más profundo de mi coño que podía sentir su nariz rozando mi ano y los dedos de Luis que trataban de abrirse paso en mis dos agujeros. Dejé de sentir la lengua de ella para notar a continuación la punta de la polla de Luis rozando mis labios vaginales, se deslizó dentro suavemente y Luis bombeó media docenas veces antes de salir y que su mujer lamiera su polla, luego volvía a repetir yo cogía entre mis labios el clítoris de Teresa y lo succionaba hasta que se retorcía de placer y trataba de zafarse de mi; finalmente nos separamos y Teresa se colocó a cuatro patas sobre la cama y Luis la penetró de un golpe, me coloqué a su lado en la misma posición que ella y Luis salió de su coño para enfundarse en el mío también de un golpe mientras ella y yo nos besábamos o más bien jugábamos con nuestras lenguas mientras Teresa se masturbaba frenéticamente, se tumbó en la cama frente a mi con sus piernas totalmente separadas y separando sus labios vaginales con los dedos, me incliné para lamer su coño y clítoris otra vez mientras su marido a mi espalda me follaba como una máquina, unos segundos después Luis soltó un grito y sentí nítidamente como se estaba corriendo dentro de mi, Teresa emitía unos gemidos roncos cuando succionaba su clítoris y sujetó mi cabeza con ambas manos apretándome otra ella al tiempo que echaba su pelvis hacia adelante como si pretendiera que mi lengua se metiese más profundamente en ella y otra vez comenzó a soltar abundante flujo que inundaba mi boca, algo estaba entrando en mi vagina, era demasiado duro como para que fuera la polla de Luis, y demasiado grueso; sentí que me iba a romper al tiempo que me sentía llena y con una sensación de placer extremo, noté también la mano de Luis moviéndose manejando un grueso vibrador que había metido en mi coño en su totalidad. Sin soltar mi cara que estaba fuertemente sujeta entre sus manos Teresa dio los últimos espasmos de un intenso orgasmo, empujándome con sus manos me hizo comprender que deseaba me colocase otra vez en la posición del 69 y ahora comenzó a jugar con su lengua en mi ano mientras movía pausadamente el vibrador que Luis había metido en mi coño; aunque no recordaba haber sentido ese calambre en la espalda que me supone un orgasmo intenso sabía que me había corrido sin recordar exactamente las veces que habían sido, notaba que otra vez iba a correrme de un instante a otro. Alcé la cabeza, Luis estaba frente a nosotras meneándose la polla frenéticamente tratando de ponerla dura otra vez y la mano libre de Teresa estaba sobre mi vientre apretando con fuerza. Sentí que todo en mi se aflojaba y traté de retirar esta mano pero ella volvió a apoyarla con más fuerza y la dije que no apretase porque se me iba a escapar el pis.... muy despacio fue sacando la polla de plástico de mi coño al tiempo que el dedo pulgar de una de sus mano se introducía en mi ano y volvía a recorrer mi vientre con la otra mano dando suaves apretones metiendo su boca entre mis labios vaginales aspirando dentro de mi coño, no podía contenerme más, hice un esfuerzo para tratar de evitarlo pero dejé escapar unas gotas de pis.... Teresa empujó su cara entre mis nalgas metiendo sus labios entre mis pliegues y volviendo a aspirar. Aunque empezaba a comprender lo que ella deseaba traté de contenerme pero fue en vano; un primer chorro de pis se descargó en su boca, se apartó inmediatamente y no pude evitar hacerlo sobre su cara pero tras la primera descarga volví a meter su cara y sus labios entre mis sexo recibiendo las sucesivas descargas y lamiendo el interior de mi coño con su lengua; Luis se acercó inmediatamente a ella y volví unos segundos la cara para ver como él lamía la cara de su mujer empapada de mi orina. Resultaba sucio, asqueroso y sin embargo me di cuenta en ese instante de que me excitaba lo que estábamos haciendo y descargué sobre ellos lo poco que quedaba dentro de mi vejiga.Las sábanas estaban empapadas y en ese instante pensé que yo estaba todavía más mojada, empujándome con sus manos Teresa volvió a hacer que me diera la vuelta, su cara estaba brillante por mi orina y sonreía con una expresión de vicio en su rostro que me excitaba como si fuera una perra, la besé sin pensarlo, cuando metí la lengua en su boca y entrelazamos nuestras lenguas noté el sabor entre ácido y amargo de mi propio pis y me sentí excitada como nunca; recorrí luego su cara con la lengua y por su cuello bajé hasta sus pechos succionando sus pezones, el mismo sabor y una excitación aún mayor.Me tumbé boca arriba en la cama, Luis se había vuelto a empalmar por fin, arrodillado se metió entre mis piernas y antes de abrir mi coño con mis dedos me acaricié el clítoris y le dejé entrar. Teresa se arrodilló junto a mi cara y despacio fue aproximando su peludo coño a mis labios y saqué la lengua buscando esa minipolla que era su clítoris, sin violencia pero a un ritmo perfecto Luis me estaba follando como un Dios; Teresa cambió de posición, pasando una pierna a cada lado de mi cabeza volvió a sentarse sobre mi cara dejando que mi lengua entrase hasta el fondo de su coño, comenzó a correrse otra vez muy pronto, tensaba su cuerpo estirándose hacia arriba al tiempo que se acariciaba los pechos y tiraba de sus pezones pellizcándolos y gimiendo como una perra, entre jadeos la oí exclamar: " dime que lo quieres.... dime que te gusta "No estaba segura de lo que iba a hacer pero lo intuía, tampoco lo estaba de que fuera a darme asco pero estaba tan caliente que tampoco podía pensar con claridad, sus muslos casi rozaban mis orejas y mi lengua se movía en su clítoris como las alas de una mariposa, coloqué mis manos en sus muslos apretando al tiempo que incrementaba el movimiento de mi lengua, Teresa se movía sobre mi como tratando de poner mi lengua en el lugar que deseaba y entonces volvió a dejar escapar un gemido ronco y las primeras gotas de sus fluidos entraron en mi boca y se deslizaban por la comisura de mis labios. Todo ocurrió en unos pocos segundos, tenían un sabor entre ácido y amargo, me pareció tan sucio que incomprensiblemente sirvió para excitarme más y abrí la boca tratando de abarcar todo su coño con ella mientras mi lengua aleteaba alrededor de su clítoris.... se dejó ir y repentinamente mi boca se llenó y traté de apartarme porque me resultaba imposible contener todo, Teresa ahuecó un poco su pelvis y comenzó a bañar mi cara con su pis..... a pesar de lo asqueroso que era estaba super excitada y bajé una mano para acariciar mi coño pero entonces Luis, que continuaba follándome se echó sobre mi besándome y recogiendo conmigo todo lo que su mujer echaba sobre nuestras caras; también e´l se sentía más excitado con la situación y había acelerado considerablemente la intensidad de sus embestidas vaciándose dentro de cien unos segundos mientras Teresa había acabado y yo lamía su clítoris y labios vaginales.... Jamás había hecho algo tan sucio pero igualmente era consciente de que había tenido un orgasmo intenso, nos mantuvimos varios minutos en esta posición, hasta que la polla de Luis fue aflojando poco a poco hasta que ella sola salió de mi cuerpo, entonces, Teresa se dejó caer sobre mi y quedamos nuevamente en la posición del 69, durante algunos minutos estuvimos otra vez lamiendo nuestros sexos hasta que decidió cambiar la ropa de cama.