Unos labios seductores

Unos labios seductoresEra la primera vez que veía su nueva casa. Su padre había decidido comprar aquella pequeña casa, un poco a las afueras de la ciudad, pero a la misma distancia del trabajo, la universidad y los principales amigos. Una zona de casas bajas muy juntas y bastante sencillas.La casa se encontraba en un lamentable mal estado. Los anteriores dueños no la cuidaron demasiado y dejaron montones de trastos inservibles. Julio recorrió el pequeño jardín delantero para hacerse un plano mental de como podía aprovechar aquel espacio.Así fue como vio por primera vez a Cristina. La chica, solo un poco mas joven que él, estaba parada en la puerta principal, mirando desde cierta distancia, curioseando. Una chica rubia de intensos ojos azules. Le llamo la atención la ropa tan ancha que llevaba, como dos tallas mas grandes. Ropa deportiva que aunque carente de sensualidad, le marcaban de una forma extraña y atrayente el cuerpo.Se fijo en ella y esta pareció avergonzada he izo que se marchaba.- Hola, ¿querías algo? - Necesitaba detenerla para poder verla mejor de cerca.- Perdón, solo miraba. La casa llevaba un tiempo en venta y me preguntaba si por fin la había comprado alguien.- Si. Mi padre la acaba de comprar. Nos mudaremos en unos días.Ya estaba cerca de la puerta y pudo verla mejor. Era muy rubia de piel muy blanca. No muy alta, y delgada. Podría ser una preciosidad, pero sus rasgos eran extraños. Sobretodo la boca, muy grande y de labios gordos y con tendencia a estar separados, como si expresaran sorpresa constantemente. Aunque podía parecer una chica fea, en realidad no lo era, o ese creía. En seguida se sintió atraído. Era como si desprendiera un calor especial. Había decidido que le gustaba muchísimo.- Entonces eres vecina.- Continuo él.- Si, vivo en la aquella que esta al lado de la que tienes en frente.- Entonces seremos vecinos pues.- Estaba que no se aguantaba. Quería seguir hablando con ella.- Si! -Dijo con demasiado entusiasmo.- Al menos un vecino simpático.- ¿Que pasa? ¿El anterior no lo era?- Se estaba poniendo nervioso. Cada vez se sentía mas atraido por aquella chica, no podía dejar de mirar aquellos labios y aquellos intensos ojos.- Era un gilipollas, igual que su padre. Solo se libraba su madre. Me pidió un montón de cosas que nunca me devolvió.- Ah! Pues hay muchas cosas en la casa. Es ta todo muy desordenado y sucio, pero si quieres cuando este un poco mas decente puedes pasar y recoger lo que quieras. Nosotros vamos a tirarlo todo.- Genial. Ves un vecino decente. Claro que me pasare.- Y empezó a marcharse.- Por cierto, me llamo Cristina. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes donde vivo.Se preguntaba si dentro de la oferta de necesitar cualquier cosas, estaría dejarle saber como era besaría. Porque era en lo único que pensaba desde que la había visto.Siguió revisando la casa por dentro y encontró lo que quizás seria la habitación de los objetos perdidos de cristina. La habitación tenia una puerta en mal estado que costaba mucho abrir y que por dentro, dejaba claro que era la habitación de algún joven como él. Solo que mas desordenado.Allí habían un montón de cosas tiradas por los suelos, o en sitios que no le correspondían. Había una cama con un edredón mal puesto, que el coloco bien de forma mecánica sin darse cuenta que hacia. También había alguna lata de cerveza vacia, y papeles por todas partes. Tiro todo lo que le pareció basura en una bolsa. Abrió la ventana y se encontró que la vista era bastante mala. Era una primera planta alta y enfrente solo había la pared desnuda de otra casa. Si se asomaba no veía nada a ninguno de los dos lados. La ventana daba a un patio trasero. Era perfecta para tener intimidad. Podía ir desnudo por aquella habitación y nadie lo vería.Esa habitación seria para él.Un par de dias más tarde, volvía a estar en el mismo lugar, pero esta vez, la habitación estaba más limpia y con todo lo inservible en un rincón. Ya tenían la primera parte de sus pertenencias en la puerta principal, metidas en cajas. Faltaban los objetos mas grandes, como muebles, colchones y cosas similares, pero no había problema, aun no pensaba dormir en aquella casa. Su padre estaba con el camión de la mudanza cargando en su antiguo piso. Aun tardarían algunas horas en venir y el tenia que poner un poco de orden.Decidió que era un buen momento para ir a buscar a su vecina e invitarla a recoger aquello que pudiera ser suyo.Llamó a la puerta de la casa pensando en que podia decirle a uno de los padres si eran ellos que lo atendían. Pero abrió Cristina.- A hola, eres tu!- De nuevo aquella simpatía desbordante.- Si. Estamos ya con la mudanza. Encontré un habitación que quizás fuese del chico que me decias. Hay muchas cosas. Esta todo ordenado y puedes pasarte cuando quieras.La chica termino de abrir la puerta, y vio lo que no había visto antes. La chica llevaba una falda plisada muy corta y le dejaba ver aquellas piernas finas redondeadas y sobretodo muy blancas. El se quedo embobado mirándola.- Puedo ir ahora mismo si quieres.- Y salio directamente de su casa dispuesto a seguirle.El se quedo rezagado mirándola. Llevaba una camiseta verde también muy ancha pero que le mercaban los pequeños pechos puntiagudos.- Porque estas cerca, que si no no iba con estas pintas.- Dijo riéndose- Me han regalado esta falda y me la estaba probando. Nunca me pongo faldas, se meten con mis piernas blancas.El no supo que decir, estaba cortado. Solo dijo lo que le parecía lo mas lógico.- Pues te queda genial. Tienes unas piernas muy bonitas.- Tu crees? Gracias!Entraron en la habitación donde se encontraban las cosas. Aprovecho que hacia un buen día y abrió la ventana para que entrara el aire y la luz. Comenzó a enseñarle cosas.- Esta radio era mía. Ni me acordaba de ella. Y esto también. -Ella comenzó a recoger un numero increíble de tonterías pequeñas, como lapices, tijeras, una mochila, y cosas similares.- Como es posible que no le digieras que no si no te las devolvía?- Soy tonta, que le vamos hacer. No sabia decirle que no.En ese momento una ventolada cerro la puerta del cuarto de golpe con un gran estruendo que hizo a Cristina gritar.- Mierda, parece que se quedo atascada. - Busco abrir la puerta de varias maneras.- Ya sabia que iba mal, pero no me imagine que pudiese quedar atascada.Ella no parecía preocupada, mas bien divertida.- Entonces no podemos salir?- Creo que no podremos salir hasta que venga mi padre.- Bueno, pues cuéntame algo que no me aburra.- Y se sentó en la cama con aire divertido.- Mejor cuenta me tu. Tengo mucha curiosidad por saber como era quien vivia aquí antes. Había sido tu novio por casualidad?- Si, algo así, pero cuando eramos unos crios. Luego deje de gustarle y comenzó a meterse conmigo. Siempre se metía con mi piel blanca y con mi boca.No parecía incomoda con aquella falda, pero el podía verle claramente los muslos. A la mínima que se moviera un poco, podría verle las bragas claramente.- Pues creo que tienes unos labios preciosos.- Se le escapo sin pensar.- Gracias. Al final voy a creer que quieres algo.Comenzaba a darse cuenta que ella también estaba interesada. Comenzó a calentarse con la idea de estar a solas con ella en aquella habitación.- Ostras, es que tienes unos labios que dan ganas de besar.Ya que estaban allí y ella le había dado pie, el se había lanzado.- Es eso lo que quieres? Para eso no hacia falta que montaras esta tontería de encerrarme contigo. Con decirlo había bastado.El se levanto y se dirigió hacia ella. La cogió de la mano y la pego contra él.- Estamos atrapados de verdad. Pero ya que estamos, podemos aprovechar el tiempo.Y comenzó a besarla. Efectivamente tenia unos labios perfectos para ser besados. Se le llenaba la boca con aquellos labios. Comenzó a calentarse y le echo mano al trasero. De allí fue muy fácil pasara levantar la falda y meter mano entre sus bragas. Descubrió que ella estaba tan caliente como el, y que también le metía mano por el pantalón intentando cogerle del trasero.El siguió metiendo la mano intentando acercarse a su interior. No dejaba de preguntarse si tendría los labios de abajo tan sabrosos como los de arriba. La tumbo sobre la cama y se lo pregunto directamente, mientras con las manos recorría sus muslos.- Los labios de aquí abajo tambien son tan buenos para besar?- No lo se. Prueba.- Dijo ella divertida con el color de la cara subido y visiblemente cachonda.El levanto la falda y vio como ella dejaba que el enterrara su cara entre sus muslos. No le quito las bragitas, que eran como toda su ropa un poco grande y de algodón. Comenzó mordiendo sus muslos y apretando la superficie de su coño con los dedos. Luego comenzó a morder las bragitas por encima. Rápidamente noto como se mojaban y metió un dedo para inspeccionar el terreno. Se encontró con una entrada carnosa y húmeda que pedía a gritos ser comida. Ella dejo lanzar un gemido a la vez que lo cogía de la cabeza y le restregaba el coño por la cara.El se aparto y le quito la bragas que le estorbaban, volvió a enterrarse en los muslo. Allí tenia unos carnosos labios blancos y sonrosados con solo algunos pelos rubios. Los abrió ligeramente y comenzó a introducir la lengua en la entrada. Luego utilizo un dedo para jugar mientras la lengua la usaba para lamer un clítoris hinchado.Ella comenzó a retorcerse y gemir. A el se le lleno la boca de fluidos. Ella se corrió fuertemente cuando el tenia todo su clítoris en la boca y dos dedos metidos en su coño.- Dios, que orgasmo. Y que calenton. Quiero mas.El se quito rápidamente la ropa, dejando al descubierto una polla grande y dura. Fue rápidamente a ponerse encima para metersela, pero ella se adelanto y tomándole la polla con las manos, se la llevo a la boca.- Creo que ahora te toca a ti.Empezó a chupar lentamente, mientras le miraba con una sonrisa en los ojos. El creía que se moría. Estaba apunto de explotar. Aquella boca, jugaba sin mucha experiencia con su polla, pero aquellos labios eran una autentica locura. Ademas de toda a aquella situación y sus ganas por follarse aquella chica tan caliente.- Es la primera vez que como una polla.- Le confeso riendo.- Así que porta te bien.Entendió que se refería a que no se corriera dentro. Le daba igual, no lo necesitaba, la escena ya tenia suficiente morbo. El comenzó a jadear de placer.- Ufff. No voy aguantar mucho. Estoy calentisimo.Ella reía y seguía comiendo lentamente y masturbandolo. Inundandole la polla de saliva. Ya no aguantaba mas, le iba a reventar la polla.- Me voy a correr, me voy a correr.- Consiguió decir entre jadeos a la vez que un calambre le recorría todo el cuerpo.Sintió como poco a poco su semen se acumulaba para explotar. Ella seguía sin apartarse, con la polla bien adentro, chupando con el mismo ritmo lento. Finalmente exploto en un gran orgasmo. Ella continuo chupando, dejando escapar el semen por un lado de la boca. Limpio el semen con la mano y continuo comeindosela por un rato mas, hasta que el se repuso del orgasmo.- Porque no te has quitado? te avise.Ella reía divertida limpiándose el semen de las manos y la boca.- Antes de avisarme comenzó a notar un liquidillo que no estaba tan mal, así que me anime a probar. Total, yo también me he corrido en tu boca. Es lo justo.El la tomo por la cintura y la beso de nuevo. Era el momento de follarla bien follada.- Que es ese ruido?- Dijo cristina.- Mierda, creo que es el camión de la mudanza.Rápidamente se vistieron los dos y decidieron dejar el resto para otro día. Ella se dirigió a la puerta, y con un rápido movimiento la abrió y salio de allí.Estaba claro que el truco había sido de ella.