Observando a Anita con dos tipos

Observando a Anita con dos tiposEse verano Anita y yo habíamos decidido pasar unos días en Brasil.Nos instalamos en un lindo hotel que nos habían recomendado unos amigos y los primeros días lo pasamos muy bien.Al cuarto día, Ana me confesó que estaba muy caliente y que no quedaba satisfecha por las noches después de coger conmigo. Ella necesitaba algo más? Quería hacer un trío; pero me aclaró que sería con dos desconocidos. Yo podría quedarme a mirar si me parecía bien?Una tarde me quedé descansando en nuestra habitación y antes de la cena bajé al lobby, donde encontré a mi mujercita conversando animadamente con un compatriota residente en aquel lugar de Brasil.Se presentó como Carlos y estaba casado, pero también era swinger junto con su esposa. Ana parecía estar encantada con este tipo y en un momento de la charla ella me hizo un gesto, para darme a entender que había encontrado el hombre indicado. Solo faltaba encontrar un tercero para cumplir su deseo de hacerse coger por dos tipos desconocidos?Carlos quedó encantado cuando Ana le hizo la propuesta, ya que dijo tener mucha experiencia en el tema y además contaba con varios amigos que andaban en lo mismo. Por eso, se ofreció él mismo a conseguir un tercero para enfiestar a mi delicada y calenturienta esposa?Quedamos en encontrarnos noche siguiente en un bar de la playa. Cuando llegamos a la cita Carlos todavía estaba solo y sonrió al vernos. A poco de conversar, Ana se levantó para ir al baño.Carlos entonces aprovechó para preguntarme si estábamos seguros con Ana de seguir adelante con la idea de hacer un trío y yo le respondí afirmativamente.Ante mi respuesta Carlos se rió y dijo que me preparara, porque a mi sensual mujercita la iban a coger en serio y sin ningún miramiento. Su amigo ya estaba por llegar y entre ambos iban a hacer que Ana se sintiera la mujer más puta de todas?Enseguida regresó Ana y un rato más tarde apareció David, el amigo de Carlos. Era otro tipo fachero y con un aire muy canchero. Pude ver que a mi esposa le agradaba ese hombre.Ana llevaba un conjunto de tanga y portaligas color negro; sandalias de taco alto que resaltaban sus largas piernas bronceadas y una blusa de seda y minifalda también de color negro. Estaba espectacular?Después de unos y tragos, Carlos dijo que estaríamos más cómodos en su cabaña de la playa; lejos de miradas indiscretas?Anita aceptó encantada y se levantó para salir del bar. Caminó delante de nosotros y pude ver que ambos hombres no podían quitar sus miradas del redondo culo de mi mujercita, que se balanceaba de una manera muy sensual?Al llegar a la cabaña. Anita se sentó junto a Carlos en un sofá enorme. Su amigo y yo nos sentamos en sillones individuales.La charla derivó a temas banales mientras tomábamos más alcohol. Carlos casi sin mirarme, me ordenó que buscase otra botella en la cocina; a lo que obedecí inmediatamente. Había una actitud dominante en el tono de su voz que me excitaba realmente.Cuando regresé al comedor, Anita estaba a horcajadas de Carlos y ambos se besaban de manera salvaje mientras David ponía música?Comprendí que ya no había vuelta atrás.Luego David se sentó en el mismo sillón dejando a mi esposa en el medio y ambos se dedicaron a toquetearle todos los rincones de su cuerpo.Ana solamente gemía como loca; presa de una calentura nunca vista?Carlos me miró, preguntándome si me gustaba lo que vía. Dije que sí.Me ordenó entonces que les pidiera a ellos para que siguieran tocando a mi esposa. Les pedí que lo hicieran, demostrando mi sumisión?Luego le ordenaron a Ana que se desnudara. Ella se levantó del regazo de Carlos y desprendió su falda con movimientos sensuales. Le dijeron que era suficiente. Ella quedó en tanga, sandalias y su blusa de seda.Carlos le dijo a Ana que se acercara. Ella obedeció y entonces el tipo estiró su brazo y con un rápido manotazo le arrancó la tanga del cuerpo.Ana suspiró y trató de cubrir su pubis depilado con una mano. Pero Carlos se la apartó y hundió un par de dedos en esa concha humedecidaSacó sus dedos manchados y se los mostró a su amigo.David la hizo sentar otra vez y le abrió las piernas. Se arrodilló frente a ella y comenzó a chuparle la concha muy suavemente, introduciéndole toda su lengua entre sus dilatados labios vaginales.Carlos se puso cerca de la boca de Ana y sacó a relucir una pija de un tamaño bastante considerable. Ella rápidamente se la llevó a la boca y la empezó a chupar, cosa que pudo hacer por poco tiempo ya que la hábil lengua de David en su clítoris pronto la hizo acabar a los gritos por primera vez. Luego él se puso de pie y se desvistió, para sentarse en un sillón frente al que estaban Anita y Carlos. Su verga era todavía más grande que la de Carlos?David vio mi cara de sorpresa y se rio burlonamente, preguntándome si me gustaba eso que tenía preparado para la puta de mi esposa. Mientras lo decía, se sobaba esa verga, haciendo que pareciera más grande?En ese momento Carlos acabó en la boca de Anita, llenándola de semen fresco. David la llamó y le ordenó que gatera hacia él, para chuparle esa enorme pija.Ana obedeció sin chistar y pronto llegó reptando hasta la verga de David, metiéndosela en la boca y comenzando a lamerla y chuparla.Carlos se arrodilló atrás de ella y empezó a pegarle palmadas con la mano abierta, dejándole el culo al rojo por esas brutales cachetadas.Después le abrió bien los muslos y se la metió entera hasta el fondo, robándole un alarido de placer a mi mujer.Ana pronto acabó por segunda vez en un intenso orgasmo muy audible, mientras casi al mismo tiempo Carlos se vaciaba en su vagina caliente.David la obligó a tragar todo el semen que le descargó en la boca.Ana se levantó tambaleando en sus piernas flojas y se dirigió al baño.Los tres hombres quedamos allí, saboreando nuestros tragos.Carlos me advirtió que iba a seguir cogiéndose a mi mujercita, para que yo pudiera ver y hacerme una buena paja mientras lo hacía?Ana regresó y David le ordenó que le chupara la pija otra vez. Ella obedeció. Apenas se le puso dura, David miró a Carlos y ambos intercambiaron alguna seña.Carlos se levantó y tomó a Anita por los cabellos, arrastrándola hacia la habitación. La empujó de espaldas sobre la cama.Subió sobre ella y la penetró en la posición del misionero. Ana jadeó y abrió sus ojos en forma desorbitada sintiendo esa tremenda pija entrando y saliendo de su delicado cuerpo. Carlos se dedicó a su propio goce durante más de media hora. Se cogió a mi esposa como se le vino la gana. En forma lenta, luego enérgica, violenta y después suave. La hizo montar sobre ese mástil tieso y se la metió a fondo estando ella en cuatro sobre esa cama?La trató como a una verdadera puta. Se lo hizo decir a ella y se lo repitió hasta el cansancio gritándole en el oído, mientras no dejaba de cogerla.Hizo que Anita acabara dos veces y gritara desesperada como una perra en celo, pidiendo por más. Cuando le tocó acabar a él, lo hizo sacando su verga del culo de Ana y derramando toda su pegajosa leche sobre las nalgas de mi delicada esposa.David entonces acotó que ellos la pasarían mejor cuando se la metiesen por el culo a mi mujercita. Ella, ella riéndose algo nerviosa dijo que si le metían esas pijas por su cola la iban a dejar destrozada ya que ambas eran demasiado gruesas y siempre estaban duras como piedras.Carlos entonces me pidió que yo decidiera por ella: si le daban por el culo o no. Miré a Ana y les dije que por mi parte, no había problema?Los gritos de mi mujer cuando Carlos se la metió entera por el culo fueron terribles, una mezcla de dolor y de placer, pero parecían ser más de dolor que otra cosa?Carlos acabó adentro de su ano, con su verga bien enterrada a fondo.Enseguida la montó David desde atrás, de pie, empujando a Ana contra una pared. Esta vez Anita lloriqueó y aulló de puro dolor, indicando que la verga de ese tipo era mucho más grande y gruesa que la de su amigo.Pero a David no le importó nada, Le taladró el culo de manera salvaje, dando embates tan violentos que levantaban a Anita en el aire?Cuando acabó, se salió de mi esposa y ella quedó tendida en el piso, totalmente abatida y exhausta. Su entrada anal se veía enrojecida y muy dilatada; esta vez chorreando semen?Me acerqué a ella con sus ropas en mis manos y la ayudé a vestirse. Carlos y David se mostraron satisfechos con el desempeño de mi sensual esposa y me aseguraron que volverían a cogerla antes de que terminara nuestra estadía allí?Yo les dije que no habría problema. La única condición era que yo estuviera presente mientras lo hacían?Carlos se rio y me advirtió que lo pensaría?